martes, 5 de febrero de 2013

Los amantes

Aunque no lloren, igual les duele
Aunque no se hablen, se piensan
Aunque no se busquen, se extrañan
Aunque no se lo digan, se aman
Así son los amores y los amantes
Rehúyen de sus sentimientos
Orgullosos como cualquier felino
Tímidos como todo tipo de duende
Impredecibles como una tormenta
Delicados como un diente de león
Pero no hay que subestimarlos
También pueden ser peligrosos
Quizá tanto como un dragón
O como las sirenas enfadadas
Peligrosos como finas navajas
En las manos equivocadas
Son prisioneros de su propio dolor
Y son también ellos mismos
Sus más crueles y despiadados
Jueces, carceleros, y verdugos
Están irremediablemente perdidos
Son rosas rojas frescas en invierno
O tristes aves azules enjauladas
Son guitarras mudas, empolvadas
O quizá pétalos disecados en libros
Son solo brújulas descompuestas
Son estrellas fugaces perdidas
Aunque a veces se que preferirían
Solo poder sonreír y hundirse juntos
Pero a pesar de todo, esos amantes
Sin importar que tan alto o lejos vuelen
Siempre serán simplemente humanos
Humanos que se equivocan al decidir
Débiles humanos que aman demasiado
Humanos que son demasiado humanos.

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