Así qué eras tú. Eras tú el que me ha estado
robando tinta por las noches, sueño durante el día y razón por las tardes. Así
qué eras tú ese quien espiaba por detrás de la luna y se ocultaba en los rayos
de sol. Así qué eras tú ese que disfrazaba la dulce primavera de otoño y quien hacía
que los amaneceres fueran más amarillos de lo que deberían ser. Eras tú el
dueño de esas manos frías en mi cintura y quien cobró la recompensa por mi
mirada aunque él mismo la hubiera robando. Eras tú el que adelanta los relojes
a escondidas cada madrugada y el culpable por mi reciente gusto hacia el
tráfico. Tú, el de las canciones idóneas y el de las letras frescas. Tú el que hacía
que las letras secas parezcan nuevas y que me guste más estar sin techo. Tú
quien me aprisiona en el reflejo para no manchar la realidad de tinta y quien
aprieta mi cintura un poco de más sin que yo se lo reclame porque la verdad es
que así me agrada. Eras tú el que dice insensateces cuando respira mi aliento y
el que me priva del frío de una tarde lluviosa. Eras tú el que gustaba de
quemar cosas conmigo aunque implicara romper algunas reglas y el que
conoce las rarezas que digo. Así que eras tú el que nunca imagine. Así
qué a final de cuentas sí eras tú.
viernes, 16 de agosto de 2013
viernes, 2 de agosto de 2013
Ficha en blanco
Mis dedos juegan
con ella: la ficha en blanco del dominó al que nadie hace caso. Hay muchas
otras fichas dormidas en esa cajita de madera que espera ser vaciada al fin.
Pero no, nadie le hace caso a la caja. Y es que de entre todas las fichas he
elegido esta para pasar entre mis dedo mientras tu finges no verme, porque es
exactamente lo que somos. Somos una ficha en blanco, una sobre la cual se
pueden dibujar los números que quieras. Lo que no se es que tanto quieres subir
la apuesta.
Dejo la ficha en blanco sobre la mesa y tú a la vez pones otra en mis dedos. Juego un rato con ella pero luego me doy cuenta que no quiero otra, quiero la ficha en blanco. Quiero esa ficha en blanco porque representa todas las posibilidades que tenemos de ser. La quiero porque es algo, no sé bien qué pero es seguro que es algo, y algo importante para ser sincera. Me gusta porque aunque esta el blanco, es real. Es tan irreal y real al mismo tiempo que me gusta por eso. Porque eso somos y porque me gusta, me encanta que sea así. Me gusta que sea algo que sólo nosotros entendamos y que sólo nosotros sabemos valorar. También me gusta esta ficha porque sí la guardas hasta el final, no pasa nada. Porque nadie espera que las uses y porque es rara, muy rara. Me gusta que seamos mi ficha en blanco.
Dejo la ficha en blanco sobre la mesa y tú a la vez pones otra en mis dedos. Juego un rato con ella pero luego me doy cuenta que no quiero otra, quiero la ficha en blanco. Quiero esa ficha en blanco porque representa todas las posibilidades que tenemos de ser. La quiero porque es algo, no sé bien qué pero es seguro que es algo, y algo importante para ser sincera. Me gusta porque aunque esta el blanco, es real. Es tan irreal y real al mismo tiempo que me gusta por eso. Porque eso somos y porque me gusta, me encanta que sea así. Me gusta que sea algo que sólo nosotros entendamos y que sólo nosotros sabemos valorar. También me gusta esta ficha porque sí la guardas hasta el final, no pasa nada. Porque nadie espera que las uses y porque es rara, muy rara. Me gusta que seamos mi ficha en blanco.
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