jueves, 21 de febrero de 2013
Ojos
Esos ojos que
gritan todo lo que tu boca calla... Dicen que son la ventana del alma. Yo,
yo coincido enteramente en eso. ¿Por qué? Por qué he descubierto que en efecto,
a través de ellos puedes ver a quien se esconde detrás de todas esas fortalezas
y castillos. Porque sé por experiencia propia que detrás de esos ojos claros,
está un caballero de plateada armadura cuya espada sirve a mi causa. Porque sé
que detrás de esos ojos tristes está una fiera herida y a la defensiva. Porque
sé que detrás de esos ojos cafés, está un amante veraniego que sabe a vino
tinto. Porque sé que detrás de esos ojos grandes hay una niña pequeña y
caprichosa. Porque sé detrás de esos ojos cansados hay toneladas de
historias y de sabiduría. Pero más que nada, porque sé a ciencia cierta, que
detrás de esos ojos negros, sumido en lo más profundo de su oscuridad, estás
tú.
lunes, 18 de febrero de 2013
Me dueles
Te amé y te amé tanto que ahora solo me dueles. Te amé y te amé tanto que
cuando te fuiste mi amor no desapareció porque era tan grande que sólo pudo
partiese en diferentes formas de dolor. Ahora solo me dueles. Me dueles de
muchas maneras diferentes y todas ellas por razones diferentes. Sé que estas aquí
y que aun no conozco manera alguna de dejarte ir. Pero no, no es gusto es
necesidad. Me dueles de incontables formas aunque la mayoría son afines. Me
dueles pero no me preocupa, muy por el contrario, se que sigues aquí porque me
dueles. Me dueles en el pecho como una cajetilla de cigarros. Pero de igual
forma te disfruto como al amargo sabor del tabaco. Me dueles en el alma como
una cortada con un trozo de vidrio. Pero igual que la sangre que brota de una
herida, eres un indicio de que sigo con vida. Me dueles en la mente como una
canción con historia. Pero de igual forma, eres una canción que no puedo dejar
de escuchar, eres mi canción favorita. Me dueles en el corazón como un caótico
error humano. Aquí no hay excusa, me dueles porque soy humana y porque es parte
de mi débil naturaleza sentir y sufrir. Y pues sí, me dueles como muchas cosas
porque te quise, porque aún me importas como si fueras parte de mí, y porque aún
suelo recordarte cada luna llena. Pero no mi amor, lo siento, por ningún motivo
en el mundo te quiero de vuelta.
lunes, 11 de febrero de 2013
Instantes
Hay
momentos en los que no desearía más que poder detener la arena que cae dentro
del reloj marcando inminentemente el paso del tiempo, el fin de un instante
perfecto y el inicio de uno ordinario, me gustaría detener ese reloj que ha
robado la forma de mi cintura y la ha hecho suya engañando a todos menos al
tiempo. Me gustaría poder conservar instantes. Porque he descubierto que estos
no siempre tienen que ser efímeros, podemos volverlos eternos o inmortales. Aunque
para tan ardua labor se necesita un corazón fuerte y una mente astuta: la mente
los atrapara y el corazón los encarcelara. Muy probablemente, debido a que los
instantes no están hechos para conservarse en jaulas, pronto empezara a perder
color y eventualmente lo tendrás que soltar si no quieres que muera. Pero hay
instantes, que no necesitas encarcelar. Instantes que se quedaran contigo toda
la vida como tatuajes o quizá como globos atados a la muñeca de un niño
pequeño. instantes tan maravillosos que se ven como nítidas fotos y otras
tantos que son gigantes que se ocultan en cosas pequeñas como una mirada gris,
una plumilla azul o una nota arrugada. Por otro lado, también hay instantes que
no son dóciles, que se escapan y cuelan entre tus dedos como agua y se van
lejos de tu alcance para reírse de ti mientras te ven perseguirlos. También están
los que son privados no porque los quieras conservar solo para ti, sino que no
habría forma alguna de compartirlo con alguien que no estuvo en el momento
indicado por la simple razón de que no hay palabras suficientes para
describirlos. Instantes tan bellos como una luna llena en Ámsterdam o en mi
jardín. Una luna llena contigo.
martes, 5 de febrero de 2013
Los amantes
Aunque no
lloren, igual les duele
Aunque no se
hablen, se piensan
Aunque no se
busquen, se extrañan
Aunque no se
lo digan, se aman
Así son los
amores y los amantes
Rehúyen de
sus sentimientos
Orgullosos
como cualquier felino
Tímidos como
todo tipo de duende
Impredecibles
como una tormenta
Delicados
como un diente de león
Pero no hay
que subestimarlos
También
pueden ser peligrosos
Quizá tanto
como un dragón
O como las
sirenas enfadadas
Peligrosos
como finas navajas
En las manos
equivocadas
Son
prisioneros de su propio dolor
Y son también
ellos mismos
Sus más crueles
y despiadados
Jueces,
carceleros, y verdugos
Están
irremediablemente perdidos
Son rosas
rojas frescas en invierno
O tristes
aves azules enjauladas
Son guitarras
mudas, empolvadas
O quizá pétalos
disecados en libros
Son solo brújulas
descompuestas
Son estrellas
fugaces perdidas
Aunque a
veces se que preferirían
Solo poder sonreír
y hundirse juntos
Pero a pesar de
todo, esos amantes
Sin importar
que tan alto o lejos vuelen
Siempre serán
simplemente humanos
Humanos que
se equivocan al decidir
Débiles
humanos que aman demasiado
Humanos que
son demasiado humanos.
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