¡Oh esos labios tuyos! Que callan todo lo que tus ojos no pueden dejar de gritar. ¿Porque los reprimes de esa forma? Sabes que no tiene caso porque aunque no me digas ni una palabra, en tus ojos veo todo lo que no hablas. Date cuenta que no tiene sentido callar, quizá no te conozca lo suficiente para afirmar ver a través de tus ojos, pero si conozco lo suficiente esa mirada como para afirmar que me esconde algo, la he visto suficientes veces en mi vida como para advertirte que si sigues callando esas palabras, pronto te comenzaran a ahogar y tarde o temprano tendrás que sacarlas, la mayoría de las veces suele ser tarde pero no siempre tiene que ser así, tu lo puedes cambiar. Mira por ejemplo a estos pobres labios míos que a veces mienten en defensa propia y que lo mismo han amado que odiado, ellos estuvieron a punto de quedar secos cual rosa en invierno porque intentaron callar demasiadas cosas a la vez y los han terminado sofocando sus propios secretos. Aunque si por el momento así te sientes bien, no discutiré, seré confidente de tus miradas y no te obligare a hablar, aunque tarde o temprano lo harás, lo sé. Por lo pronto me conformaré con escuchar las palabras sordas que tus ojos me gritan.
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