lunes, 27 de agosto de 2012

Ni ella ni yo

Esas manos suaves como terciopelo, que rasgan sin piedad su alma cuando la acaricias con supuesto amor, hacen que ella grite. Hacen que grite de dolor porque sabe que es a mí a quien sueñas y no a ella, aunque digas amarla sobre todas las cosas. Ella grita porque sabe que aunque sus curvas son más perfectas que las mías, es a mí a quien regalas tus besos y tus sonrisas todos los días y que cuando estas con ella solo hay en tu interior agonizantes sentimientos. Ella deja escapar un grito asfixiado cada vez que la tocas y me piensas, cada vez que acaricias su cuello y miras al infinito extrañándome. Y aunque sabe que eres dueño de su alma, grita un poco más porque me has regalado una parte de la tuya. Ella sabe que hay veces que ganará, pero también sabe que en cuanto yo lo pida, la dejaras de lado, muda, y tus brazos cambiaran de dueña. Ella sabe que yo soy amada y ella es amante. No culpes ni a ella ni a mí de habernos enamorado del mismo hombre. No culpes ni a ella ni a mí de decidir compartirte. No culpes ni a ella mi a mí de tu dilema sentimental. Porque el amor de un músico por su guitarra jamás será igual que el de un hombre por su amada.

1 comentario:

Esopo dijo...

Crusheado contigo...