Yo no soy un ser
corpóreo, pero tengo voluntad. Tampoco tengo ojos propios pero si tengo un
punto de vista de la vida. No existo pero vivo.
Soy dueña de un
pedazo de alguien, aunque la tengo que compartir con más seres como yo, algunos
contrarios y otros muy parecidos a mí.
Pero lo más
importante es ella en quien hábito, de quien soy un pedacito. Ella es fría,
reservada, y callada. Es todo lo contrario a mí. Por eso a veces nos peleamos.
Pero yo se que ella me quiere, me aprecia y me necesita tanto como yo a ella
porque yo soy una balanza en su vida.
Me gusta la
poesía y soy expresiva. De allí en adelante no tengo mucha más certeza de las
cosas. No sé qué más soy pero si sé que
me gustaría llegar a ser.
Me gustaría, por
ejemplo, ser el amor de tu vida y el brillo de tu sonrisa. Me gustaría ser una
estrella fugaz o un diente de león. Me gustaría ser un caramelo o el rubor
de tus mejillas. Me gustaría ser sueño y desvelo. Me gustaría ser una sombra o
un destello. Me gustaría ser, tal vez, princesa de un castillo de naipes. Me
gustaría ser una pluma navegando en el viento o una luciérnaga sin frasco. Me
gustaría ser la última página de tu novela favorita o el primer batir de alas
de una mariposa. Me gustaría ser una plumilla gastada o la resolana de un atardecer
en tu perfil. Me gustaría ser una nube frente a la luna o un café en un día
frío. Me gustaría ser un vicio en depresión o la tristeza en decadencia. Me
gustaría ser una brisa en el desierto o una charla entre poetas. Me gustaría
ser la ausencia y la presencia de la nostalgia pura.
Me gustaría ser
tantas cosas y tan pocas que no sé por dónde empezar.